jueves, 8 de enero de 2009

La enseñanza de la gastronomía


El descubrimiento del fuego en un lejano pasado permitió que el ser humano, además de lograr un más amplio dominio de su entorno, realizara por vez primera una sistemática transformación de sus alimentos, que antes ingería crudos. El fuego facilitó la digestibilidad de los mismos e hizo posible que se diversificara su preparación, con lo que se abrió un nuevo mundo, hasta entonces insospechado, para la humanidad. A partir de ese momento, la creatividad humana hizo progresivamente factible el nacimiento de un sinfín de comidas y platos diferentes, tanto que cada pueblo, cada nación y cultura e incluso cada región tiene los suyos propios, característicos y bien diferenciados de los demás.
La gastronomía o arte culinario comprende todos aquellos métodos, técnicas y procedimientos encaminados a preparar, transformar y sazonar los alimentos que brinda la naturaleza de la forma más hábil posible, y a presentarlos de manera que constituyan un placer para el paladar, además de ser gratos a la vista y tener un aroma apetecible. Se trata, pues, de un arte refinado.

Enseñar gastronomía

La enseñanza de estas técnicas supone desarrollar competencias claves para que el estudiante no sólo sea un repetidor de recetas, sino un creador en la cocina, con habilidades y destrezas que le permitan hacer de su labor una expresión de su cultura y de su personalidad.

La labor del docente es ser un facilitador de este aprendizaje, utilizando diversos recursos metodológicos que le permitan comprender conceptos teóricos y manejar técnicas propias de su disciplina y que, sobre todo, motiven en los jóvenes la necesidad de aprender.

Las clases expositivas que sean necesarias, deben valerse de tecnologías informáticas y de comunicación (TICs), como una forma de buscar aprendizajes significativos y respondiendo a los requerimientos de nuestros tiempos.

El docente debe ser un buen orador, claro y dinámico, sus movimientos deben ser un complemento para sus explicaciones y ejemplos. Su voz debe ser enfática, pero acogedora para dar lugar a las preguntas y a los aportes de los estudiantes.

En especialidades como la cocina, el aprendizaje por la acción es primordial, por lo tanto, la metodología de taller es la base en el proceso, en el cual el profesor debe servir de referente, pero el estudiantes es el protagonista de su aprendizaje, quien debe ir aprendiendo a través del ensayo y error y valorando sus progresos.


Si bien la gastronomía no la inventamos hoy, quienes la enseñamos procuramos hacerlo cada día mejor porque nunca renunciaremos al placer de comer y beber.

martes, 23 de diciembre de 2008

LA CATA DE VINOS

El término de cata se aplica para definir la operación de analizar y apreciar los caracteres organolépticos y olfatogustativos de un producto. Pese a lo que habitualmente se cree, la cata no se limita exclusivamente a los vinos y licores, sino que se puede catar cualquier otro producto, que ni siquiera tiene por que ser liquido.

La degustación del vino es relativamente fácil, pese a lo que muchos se empeñan en decir o en hacer creer, todos nacemos con las aptitudes para discernir aromas y sabores, pero si que es necesario aprender a detectar e identificar las sensaciones percibidas, valorarlas y saber expresarlas.


Para disfrutar de un buen vino le recomendamos tener presente lo siguiente:

SELECCIÓN DE LA COPA

• Utilice copas de cristal o vidrio transparente para poder apreciar las cualidades del vino y no llene la copa hasta el borde; lo ideal, si la copa es lo suficientemente grande es llenarla hasta un tercio de su capacidad.
• Para el champagne o vino espumoso utilice copas aflautadas y largas para que las burbujas no se disipen y las moléculas del aroma tengan espacio para concentrarse.
• Las copas de vino deben ser de amplia capacidad con el labio curvado hacia adentro. Mientras más amplia sea la copa, más espacio poseen las moléculas aromáticas para concentrarse.

¿CÓMO ABRIR LA BOTELLA?

• Como anfitrión o anfitriona, elija un sacacorchos de fácil maniobra para que el corcho no se rompa y ensucie el vino.
• Corte la cápsula por debajo del gollete para evitar que al servir el vino no arrastre residuos metálicos.
• Limpie el gollete con una servilleta y luego descorche.
• Si utiliza un sacacorchos tradicional, haga girar el instrumento, nunca la botella.
• Al descorchar un vino espumoso procure que este sea lo más silencioso posible. Esto es reflejo de que el vino espumoso ha tenido un buen proceso de fermentación.

¿QUÉ VINO SERVIR PRIMERO?

Aunque respecto de gustos no hay nada escrito, es recomendable mantener un cierto orden al servir los vinos, el que depende de la naturaleza de los mismos y de los platos de comida que va a ofrecer.

Por ejemplo:

Vinos blancos secos
Vinos rosados
Vinos tintos ligeros
Vinos tintos con cuerpo
Vinos blancos semi-dulces o dulces

RESPECTO DE LA TEMPERATURA

Cada vino tiene una temperatura adecuada para servirlo:


Vinos blancos y rosados: Se sirven fríos.
Vinos secos: Entre 5 y 7 º.C.
Vinos dulces: Entre 4 a 5 º.C.
Vinos espumosos: Se sirven casi helados. Ponga la botella en un recipiente con hielo media hora antes de servirla
Vinos tintos: Entre 15 a 18º.C.

sábado, 13 de diciembre de 2008

¿ Qué tanto sabemos de vinos?



¿Sabemos beber los chilenos? ¿Conocemos nuestros vinos?
Es lamentable que aún no sepamos disfrutar nuestros vinos, y más aún combinarlos correctamente con la comida ideal.





Los Chilenos y el Maridaje

Al tratar de escoger un vino adecuado para cada comida, siempre surgen dudas de si nuestra elección es la correcta. Es cierto que actualmente hay mucha información sobre las nuevas cepas y viñas, pero una tarea pendiente continúa siendo el maridaje. El maridaje es la combinación de vino y comida, y consiste en “buscar para un plato de comida el vino adecuado o viceversa”.
Pero esta alianza debe ser armónica, “que no se cubran los sabores ni las texturas”
Ambos sabores deben complementarse e integrarse, para producir sensaciones agradables, porque “si el vino y la comida son un placer por separado, juntos debieran ser insuperables. Además, el vino en su esencia está hecho para beberlo con comida”.

Reglas

Siempre escuchamos que tal vino debe mezclarse con tal comida, pero lo principal para saber esta mezcla es el peso del plato, “un plato “pesado” necesitará de un vino con bastante cuerpo”.
A continuación, es necesario fijarse en el ingrediente que predomina, ya sea la salsa, el acompañamiento o el ingrediente principal. Así, “el vino debe elegirse según los sabores y textura del integrante dominante”.
Además, podemos centrar la atención en el color del plato. “Si es un plato donde predominen los colores claros, como tallarines con pollo y crema, lo acompañaría con un vino de colores similares, por ejemplo un Chardonnay Reserva”.
En general, “ambos deben complementarse o por el contrario ser totalmente opuestos, como el queso roquefort con un Sauterness (prestigioso vino dulce francés) o un vino de cosecha tardía, una combinación clásica”.
Las combinaciones posibles son múltiples y pueden ser infinitas, porque los límites en las preparaciones de comida tampoco existen.
Es prefiere no encasillar a las variedades con platos generales, como pastas, carnes de caza, legumbres u otros. Todo depende de la preparación y del vino, ya que “dentro de una misma cepa se pueden encontrar muchísimos vinos que difieren en aromas, sabores, cuerpo, textura, etc.”.


¿Cuánto Sabemos?

El comensal chileno aún no sabe bien qué vino acompaña mejor a cada comida. Sin embargo, existe un alto interés por aprender, descubrir y experimentar.
La gastronomía y el vino han experimentado un gran auge en los últimos diez años, lo que se demuestra en el mayor nivel de los consumidores, cocineros y enólogos.
Por un lado, los enólogos trabajan en la definición de los distintos valles y en probar cepas que se adapten a diferentes suelos y climas, con un “respeto por la variedad y la tierra”. Mientras que por otra parte, constantemente se abren nuevos restaurantes, lo que se suma al interés por “descubrir productos olvidados y respetar los sabores y texturas de cada ingrediente, sin enmascararlos con cremas o salsas demasiado pesadas”.
En Chile, tanto los vinos como la comida se han refinado, y, asimismo, los enólogos están interesados en aprender de cocina y los chef de vino.
Las responsabilidades para enseñar a los chilenos a comer mejor y aprender de maridaje, caen en diferentes actores.
Al momento de crear un plato, los chef deberíamos pensar con qué vino acompañarlo. Los restaurantes deberían capacitar constantemente a sus garzones, para que ellos puedan orientar al cliente. Esta capacitación debe ser práctica y no sólo teórica.
También cabe destacar la importancia de que los restaurantes trabajen con sommeliers que guíen al servicio y a los clientes. “Considero importantísimo que los sommeliers trabajen codo a codo con los cocineros, principalmente en la creación de las cartas de vino”.
Por su parte, las viñas deben facilitar actividades orientadas a la degustación y maridaje para el personal del restaurante y los clientes.
La última responsabilidad cae directamente en el consumidor: confiar en los consejos del sommelier garzón, cuando éste está bien capacitado; atreverse a probar nuevos platos, vinos y combinaciones de ambos.
Lo que necesariamente lleva a la consideración de que los comensales tienen que estar dispuestos a pagar lo justo por un servicio mejor.
Los invito a un ver video sobre la RUTA DEL VINO en el Valle de Colchagua